Actividad Nerviosa y Comportamiento Infantil

La fisiología de la actividad nerviosa superior en niños estudia
el desarrollo y formación de los mecanismos funcionales del cerebro en proceso
ontogenético, la actividad nerviosa en el niño es el resultado de la maduración
morfofuncional de todo el sistema nervioso, comenzando en los primeros meses de
su desarrollo prenatal, los cambios más intensos del sistema nervioso, y sobre
todo de la corteza cerebral ocurren en los primeros años de la etapa postnatal
hasta los 7-8 años, a partir de la cual las transformaciones cuantitativas son
relativamente pequeñas.
Para el pedagogo son esenciales los conocimientos sobre los mecanismos
funcionales del cerebro tanto teórica como prácticamente, ya que le brinda la
fundamentación fisiológica de la enseñanza y el aprendizaje del niño así como de
los diferentes procesos psíquicos, se aplican métodos cibernéticos, neurofarmacológicos,
electrofisiológicos, bioquímicos e histoquímicos.
En el ser humano los estímulos incondicionados también pueden reforzar
cualquier actividad y por tanto los procesos cognitivos; no obstante, por su carácter
bio-psico- social, en este surgen nuevas necesidades: reconocimiento social, de
comunicación, de aprendizaje, el trabajo, por ello se motivará en la
actividad en dependencia de las posibilidades necesidades, y son entonces los
estados emocionales, formas de refuerzo de la actividad, esto influirá en que el
individuo la ejecute con agrado o la rechace; El desarrollo ontogenético de las emociones está relacionado directamente con la
maduración de las zonas corticales donde estas radican, y además con el
desarrollo psíquico general del niño.
En la misma medida en que maduran las estructuras nerviosas superiores,
transcurre el perfeccionamiento de los procesos psíquicos en el niño, alrededor de
los 3-4 años se comienzan a desarrollar intensamente las emociones humanas
superiores. Pero en estos años son aún débiles y frecuentemente tienen más
fuerza las necesidades biológicas, en el niño preescolar, por ejemplo la comida, un
tipo de dulces, puede provocar un efecto emocional más fuerte que las palabras a
la orientación moral o normas de conducta del niño.
Por otro lado la conducta de un bebé o niño no siempre son iguales, responden al tipo de caracter, al temperamento o las circunstancias particulares de cada uno.
Existen tres amplias categorías de temperamento infantil que se usan como guías para determinar el comportamiento infantil "estándar"
La mayoría de los niños tienen un temperamento agradable como por ejemplo
- Están, por lo regular, de buen humor.
- Se adaptan fácilmente y rápidamente a situaciones nuevas y a los cambios de rutina.
- Manifiestan un horario regular para comer.
- Cuando tienen hambre o algo les molesta reaccionan, por lo general, de forma amena.
- Cuando se encuentran inquietos, encuentran por lo general formas de calmarse y consolarse solos.
- Estos bebés tienen un buen carácter.
El trato con los niños de buen carácter es generalmente fácil y una experiencia muy gratificante, algunos niños exigen tan poco que los padres piensan que su niño no les necesita, por esta razón, algunos padres pasan menos tiempo estimulando a sus hijos y comunicándose con ellos, los padres que tienen niños de temperamento fácil deben tener en mente que sus hijo necesitan mucho tiempo y atención, a pesar de que no sean muy exigentes
Los niños de temperamento reservado presentan por ejemplo
- Son, generalmente, tímidos.
- Necesitan más tiempo que otros bebés para adaptarse a personas extrañas y a nuevas experiencias.
- Los bebés reservados pueden incluso rechazar o alejarse de algo o de alguien nuevo.
- Ellos toman la vida con precaución.
- En lugar de ser físicamente activos, son más proclives a observar cuidadosamente lo que sucede a su alrededor.
Los padres de niños reservados deben tener mucha paciencia, estos padres deben tratar de exponer a sus hijos a nuevas situaciones más a menudo, pero deben hacerlo despacio y con calma. Los niños reservados se adaptan gradualmente a las nuevas situaciones, pero hay que darles el tiempo que ellos necesiten, sin presiones, los padres deben de poner atención a las indicaciones de agitación de sus hijos y deben saber cuando alejarlos de tales situaciones cuando estas ocurren.